La ocasión revestía un carácter especial, la Junta de Gobierno de la Hermandad había acordado nombrar custodios honorarios del camarín al Ayuntamiento y a la Parroquia representados en la Sr. Alcaldesa y en el Sr. Cura Párroco, quien ofició la Función. Desde por la mañana el estruendo de cohetes por diversos puntos del municipio convocaba a todo el pueblo a la celebración, en muchos balcones de los aledaños del Santuario lucían colgaduras y tapices con la imagen de la Virgen. A partir de las siete de la tarde, la Hermandad recibía corporativamente, con guión y varas, a las autoridades y cofradías invitadas y a la corporación municipal en la puerta del santuario.
Mientras, en el interior del santuario, iban llegando los fieles que llenaron por completo el templo e incluso muchos tuvieron que quedar fuera. Cubriendo el camarín estaba el bocaporte que desde el comienzo de la restauración ha ocupado este lugar respaldando la imagen de la Virgen ausente este año y medio de su lugar habitual. El hermosísimo exorno floral con tonalidades acordes con el camarín y las colgaduras acentuaban el carácter solemne y especial de la celebración.
A las siete y media de la tarde, con toda solemnidad, hacía la entrada en el templo los siete hermanos mayores locales, los concejales, el comisario, el juez de paz, la alcaldesa, la hermandad anfitriona con sus insignias, acólitos, sacristán y párroco Gobierno que fueron ocupando sus respectivos escaños. Tras una emotiva monición, la secretaria de la hermandad acompañada de una representación corporativa de la junta de gobierno con estandarte y varas, dió lectura a los nombramientos como custodios honorarios del camarín del párroco y el ayuntamiento de Cantillana. Hechos los nombramientos, el hermano mayor entrega al párroco y a la alcaldesa las llaves simbólicas del camarín como custodios del mismo.
El rito de la entronización fue solemnísimo, el lienzo bocaporte se fue elevando lentamente mientras en el órgano sonaba el himno nacional. Durante el Barroco, fue recurrente el uso de estos lienzos bocaporte (asociados siempre a hornacinas de retablos y embocaduras de camarines) para dotar a los ceremoniales del efectismo teatral tan propio de la época por su condición de telones móviles que permitían ocultar o descubrir las imágenes devocionales según las necesidades litúrgicas. En este caso, se ha querido además que con el alzado del bocaporte hubiera visualmente en el templo una transición desde la ausencia de la Virgen (pues estaba oculta a los fieles tras el lienzo) hasta su presencia majestuosa, para simbolizar la vuelta de la imagen a su lugar histórico e inmutable.
Los fieles rompieron en un largo aplausos en cuanto contemplaron a la Patrona en su camarín, mientras que en el exterior la pirotecnia, anunciaba el gozoso y memorable momento que hizo emocionar a muchos asistentes. Proclamado el Evangelio según san Lucas (capítulo del Magnificat) y leída la fórmula de bendición del camarín, el párroco subió hasta él acompañado de los acólitos para asperjar e incensar la estancia. Desde el camarín se rezó la sabatina cantada según el modelo propio usado cada sábado del año en el santuario tras la misa de la víspera del domingo. Los introitos a los avemarías y la Salve Regina son interpretadas por el pueblo y el coro de la hermandad acompañado de organista.
Seguidamente dió comienzo la solemne función religiosa. Antes de la protestación de fe, el párroco, procedió a realizar la renovación de la Consagración de la villa de Cantillana a Nuestra Señora de la Soledad. Esta renovación se realiza en el transcurso de la función de octubre desde 2020 y actualiza anualmente la Consagración que se realizó en la lonja del ayuntamiento en octubre de 2019 durante la procesión extraordinaria de la Virgen con motivo de la ratificación pontificia de su patronazgo.
Al finalizar la Función, el párroco tomó la palabra y procedió a la lectura del anuncio solemne y proclamación pública de la coronación canónica de Nuestra Señora de la Soledad. Difícil es describir el momento de este inesperado anuncio que empañó de lágrimas los ojos de casi todos los fieles que prorrumpieron un larguísimo aplauso y vivas a la Patrona de Cantillana que hicieron que el párroco tuviese que pausar la lectura. Las campanas del santuario a las que siguieron las de la torre parroquial proclamaban la noticia que rápidamente se difundió por todo el pueblo que festejaron el anuncio con el estallido de cohetes y un castillo de fuegos artificiales junto al santuario.
El himno de la Virgen de la Soledad, cantado con emoción por el pueblo concluía la celebración y daba paso a un sinfín de felicitaciones y enhorabuenas entre los hermanos y devotos que veían cumplido el sueño de infinidad de hijos de Cantillana, que desde décadas atrás deseaban que su Madre bendita de la Soledad fuese timbrada con el símbolo material de su Realeza Universal, mediante el solmene rito de su Coronación Canónica. Por su emotivo significado y contenido, reproducimos a continuación el texto del anuncio solemne de la Coronación: