martes, 2 de abril de 2024

Histórico Viernes Santo del Año de la Coronación


Las inclemencias meteorológicas impidieron que la Procesión General del Santo Entierro pudiera realizarse, en una ocasión histórica en la que, en el marco del año de la Coronación de Nuestra Señora de la Soledad, se recuperaban distintas figuras alegóricas y elementos del cortejo.
El pueblo de Cantillana subió en masa al Santuario de su Patrona como desde tiempo inmemorial hace cada Viernes Santo. A las siete de la tarde estaba previsto un acto penitencial en sustitución de la Estación de Penitencia. Al comienzo hizo su entrada la compañía de armaos romanos que ante una gran expectación del público allí congregado desfiló hasta los pasos, colocándose ante ellos haciendo guardia hasta el cierre del templo.
Posteriormente hicieron su entrada las plañideras representativas de las doce tribus de Israel portando los atributos de la Pasión, la Santa Mujer Verónica y las Virtudes Teologales.
La llegada de los judíos tocando los tambores destemplados levantaron en los presentes sentimientos de nostalgia recordando los tiempos en que estos entrañables personajes acompañaban al Sepulcro. Finalmente hicieron su entrada el Arcángel San Miguel y los nueve ángeles representando los nueve coros angélicos.

Tras el acto penitencial, la Banda de Música La Soledad de Cantillana que habitualmente acompaña el paso de palio de la Patrona, interpretó diversas marchas procesionales entre ellas algunas dedicadas a nuestra titular como "María Santísima de la Soledad" de Juan de Dios Espinosa y "María Soledad" de Gabriel Ríos que fue cantada por el pueblo. La marcha "Pasan los Campanilleros" de López Farfán sonó en su centenario, cantada por los músicos y como colofón se cantó el Himno de la Virgen.
Pasadas las diez de la noche, el Santuario cerraba sus puertas, y con ellas se cerraba un Viernes Santo histórico con la esperanza puesta en el 25 de mayo cuando sea colocado en las sienes de la Virgen de la Soledad el amor de su pueblo fundido en su corona.

Desde la Hermandad de la Soledad queremos mostrar nuestro más sincero agradecimiento a todas las personas que han hecho posible las recuperaciones históricas de los judíos, los armaos y las figuras alegóricas de las plañideras y los ángeles, a la comisión de protocolo, a todas las personas que han encarnado a las figuras, a las modistas que han confecciobado sus atuendos y los que han llevado a cabo la realización de los atributos.








𝐋𝐎𝐒 𝐉𝐔𝐃𝐈𝐎𝐒
Los judíos son hermanos que vestidos con habito negro y el rostro cubierto, tocan tambores destemplados como compañía fúnebre del Sepulcro. Su presencia está documentada ya en el siglo XVIII, eran muy populares, siendo una recuperación que muchos cantillaneros demandaban y que este año de la Coronación se ha recuperado.




𝐂𝐨𝐦𝐩𝐚ñí𝐚 𝐝𝐞 𝐚𝐫𝐦𝐚𝐨𝐬

Entre las recuperaciones históricas de este Viernes Santo está la del escuadrón de armaos romanos como consta documentalmente que salía en el siglo XVIII.

Varios cantillaneros han encarnado a los romanos cuya indumentaria se inspira en la de los modelos de armaos anacrónicos de los desfiles cofradieros de los siglos XVIII y XIX. Se compone de túnica corta granate guarnecida, cíngulo y mantolín de terciopelo negro también guarnecido terciado al hombro, llevan cascos con plumas y sandalias de cuero; portaran el Senatus, lanzas y escudos. 

La Santa Mujer Veronica con la Santa Faz del Señor en el paño

Las Virtudes Teologales
La Caridad, la Fe y la Esperanza





𝐋𝐨𝐬 𝐧𝐮𝐞𝐯𝐞 𝐜𝐨𝐫𝐨𝐬 𝐝𝐞 á𝐧𝐠𝐞𝐥𝐞𝐬

Otra de las importantes recuperaciones que vimos el pasado Viernes Santo fue la del pelotón de honor de los nueve Coros y Jerarquías Angélicas, presidido por San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia Celestial, encarnados por una decena de niños cantillaneros revestidos con vestiduras realizadas para la ocasión. Los atuendos consisten en una túnica alba corta guarnecida y sobre ella un escapulario a modo de dalmática de terciopelo festonado de oro con distintos colores alegóricos, llevan alas y calzan sandalias con medias y la cabeza se adornan con una diadema dorada con un florón de plumas negras.

El niño que representa a San Miguel que encabeza este pelotón angélico portará la bandera de Cristo abatida, realizada en tafetán con una cruz granate, lleva escudo, coraza, banda y manto como capitán de las milicias celestiales. Tras San Miguel desfilan los nueve niños que representan a los nueve príncipes de los otros tantos coros celestiales divididos en tres grupos de tres, representando las tres jerarquías. La primera de ellas, la más cercana a Dios, es la que forma los serafines, querubines y los tronos, cada uno representado por un color en su dalmática y por un atributo. Los serafines con dalmática roja y portando un cirio, representan el amor divino. Los querubines con dalmática azul, portan las sagradas escrituras y representan la sabiduría divina; los tronos visten de verde, portan una balanza y simbolizan la justicia divina.

La segunda jerarquía está formada por las dominaciones, virtudes y potestades. Las dominaciones visten de oro portan un orbe coronado por la cruz y representan la majestad soberana de Dios. Las virtudes representan la fortaleza divina, visten de morado, portan una corona de laurel y representan la fortaleza divina; y las potestades visten de gris plata, portan una espada y representan la omnipotencia de Dios.

La tercera jerarquía, más cercana a los hombres es la que forma principados, arcángeles y ángeles. Los principados visten de púrpura, portan un centro y representan la belleza divina. Los arcángeles visten de celeste, portan una palma y representan la misericordia de Dios; y los ángeles visten de rosa, portan una rama de olivo y representan la providencia.

La presencia de los ángeles en la procesión está documentada en el siglo XVIII y además del Viernes Santo, formaron parte de la magna procesión de traslación de Nuestra Señora a su Santuario el 23 de febrero de 1794 en cuya crónica dice: “𝘐𝘣𝘢𝘯 𝘥𝘦𝘴𝘱𝘶é𝘴 𝘯𝘶𝘦𝘷𝘦 𝘯𝘪ñ𝘰𝘴 𝘥𝘦 𝘤𝘰𝘳𝘵𝘢 𝘦𝘥𝘢𝘥 𝘷𝘦𝘴𝘵𝘪𝘥𝘰𝘴 𝘥𝘦 á𝘯𝘨𝘦𝘭𝘦𝘴 𝘱𝘳𝘪𝘮𝘰𝘳𝘰𝘴𝘢 𝘺 𝘳𝘪𝘤𝘢𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘲𝘶𝘦 𝘳𝘦𝘱𝘳𝘦𝘴𝘦𝘯𝘵𝘢𝘣𝘢𝘯 𝘢 𝘭𝘰𝘴 𝘯𝘶𝘦𝘷𝘦 𝘱𝘳í𝘯𝘤𝘪𝘱𝘦𝘴 𝘥𝘦 𝘭𝘰𝘴 𝘤𝘰𝘳𝘰𝘴 𝘢𝘯𝘨é𝘭𝘪𝘤𝘰𝘴 𝘢𝘭 𝘲𝘶𝘦 𝘱𝘳𝘦𝘤𝘦𝘥í𝘢 𝘰𝘵𝘳𝘰 𝘯𝘪ñ𝘰 𝘳𝘦𝘱𝘳𝘦𝘴𝘦𝘯𝘵𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘢𝘭 𝘚𝘦ñ𝘰𝘳 𝘚𝘢𝘯 𝘔𝘪𝘨𝘶𝘦𝘭 𝘤𝘰𝘯 𝘶𝘯𝘢 𝘦𝘹𝘲𝘶𝘪𝘴𝘪𝘵𝘢 𝘣𝘢𝘯𝘥𝘦𝘳𝘢 𝘦𝘯 𝘭𝘢 𝘮𝘢𝘯𝘰”. 


San Miguel Arcángel
Encabeza el pelotón angélico porta la bandera de Cristo abatida, realizada en tafetán con una cruz granate, lleva escudo, coraza, banda y manto como capitán de las milicias celestiales.












𝐋𝐚𝐬 𝐩𝐥𝐚ñ𝐢𝐝𝐞𝐫𝐚𝐬

Las Plañideras Hijas de Jerusalén, son un trasunto de las Doce Tribus del Pueblo de Israel, representadas en las doce niñas vestidas a la usanza hebrea que portarán tributos de la Pasión. Visten túnicas o ropones negros y sobre ellos una sobretunica blanca de lino guarnecidas de granate y llevan sobre la cabeza un manto de gasa negra.

En sus manos portaran varios de los atributos de la pasión ya que otros como la corona de espinas y los clavos los lleva la Virgen en sus manos, la cruz, escaleras y sudarios van en el paso del Calvario. Los atributos que portaran sobre cojines serán la bolsa con las treinta monedas de la traición de Judas, la soga del prendimiento alegórica a la profecía de Isaías: "Como cordero que llevan al matadero", la espada y la oreja que San Pedro le cortó al judío Malco, el guante de la bofetada en la casa de Anás, el gallo de las negaciones de San Pedro, la columna y los flagelos de los azotes, la caña con la que, como cetro, se burlaron de la majestad de nuestro Señor, la injusta sentencia de Pilatos, la palangana y la jofaina con la que se lavó las manos, los dados con los que se sortearon la túnica inconsútil, el martillo y las tenazas de la crucifixión, el letrero del INRI y el cáliz símbolo de la Pasión del Señor y de su sangre derramada por nosotros. 














📷 J. Ángel Espinosa

• 𝐒𝐎𝐋𝐄𝐃𝐀𝐃 𝐌𝐌𝐗𝐗𝐈𝐕 • 𝑪𝒐𝒓𝒐𝒏𝒂𝒅𝒂 𝒑𝒐𝒓 𝑫𝒊𝒐𝒔 𝑷𝒂𝒅𝒓𝒆, 𝑯𝒊𝒋𝒐 𝒚 𝑬𝒔𝒑í𝒓𝒊𝒕𝒖 𝑺𝒂𝒏𝒕𝒐.