A cada uno de los sacerdotes que han oficiado el solemne septenario doloroso en honor a nuestra Madre y Señora de la Soledad, a nuestro párroco, el Rvdo. Sr. D. Manuel Martínez Valdivieso, así como al Nuncio Apostólico de Su Santidad en España por honrarnos con su presencia en la Solemnidad Litúrgica de Nuestra Señora de la Soledad, Viernes de Dolores.Agradecer también a las bandas de música que, a pesar de las circunstancias, acompañaron a nuestros sagrados titulares y a todos capataces y costaleros que aguardaron, un año más, nuestro Viernes Santo.
Al Ayuntamiento de Cantillana y a nuestra alcaldesa Rocío Campos, por todas las facilidades prestadas, a los servicios de limpieza y seguridad, a Protección Civil y a la Policía Local.
A todos los participantes en el cortejo del Santo Entierro, escuadrón de armaos romanos y figuras alegóricas, como también a las costureras voluntarias para la realización de todas las vestimentas. Todo ello organizado y motivado por la comisión de protocolo a la que agradecemos enormemente su labor.
Y en último lugar, extendemos nuestro agradecimiento a todo el pueblo de Cantillana por su ejemplar comportamiento en este difícil Viernes Santo y por su amor y devoción a Nuestro Señor Jesucristo y a su Madre bendita de la Soledad, excelsa y augusta Patrona de nuestro pueblo.
Comienza un nuevo e ilusionante camino hacia el soñado 25 de mayo donde nuestra Madre será coronada canónicamente por el fervor que estos hijos suyos le profesa desde tiempo inmemorial.