Desde tiempo inmemorial, los hijos de esta villa han venido reconociendo y venerando unánime y piadosamente como Patrona a Nuestra Señora de la Soledad, representada en la antiquísima y devota imagen de nuestra titular, que recibe culto en su ermita desde finales del siglo XVI. Y tanto había sido así que en mayo de 1919 la corporación municipal y el clero parroquial de Cantillana, reunidos conjuntamente a tal efecto, acordaron otorgar rango de oficialidad a dicho patronazgo, como consta documentalmente en el archivo del ayuntamiento y en el de la hermandad.
En 1919, siendo mayordomo de la hermandad D. José Arias Rivas, junto al ayuntamiento con D. Juan Teréñez Espinosa como alcalde del mismo, y el párroco D. Pedro Daniel Gallardo, haciéndose eco del sentir unánime de todo el pueblo que desde tiempo remoto venía reconociendo a la Virgen de la Soledad como Patrona de Cantillana, decidieron elevar una petición a la Santa Sede para que reconociera dicho patronazgo. La respuesta de la Sagrada Congregación de Ritos se hizo a través de una misiva, con fecha de 2 de diciembre 1919, que se envía desde Roma ratificando tal distinción. En la función de los Dolores Gloriosos del día 19 de septiembre de 1920 se dio lectura al documento, que fue acogido con enorme alegría y júbilo por el pueblo de Cantillana. Así, desde el 19 de septiembre de 1920, los cantillaneros veneraron a la Virgen de la Soledad de una manera diferente a como lo habían venido haciendo hasta entonces: si desde tiempo inmemorial la consideraron Patrona de hecho, desde esta centenaria fecha la tuvieron como Patrona de derecho, debido al documento llegado desde Roma a la hermandad.En el centenario de este acontecimiento, con objeto de actualizarlo por razones litúrgicas, la Hermandad de la Soledad junto con el Sr. Cura Párroco, han iniciado los trámites pertinentes para que la Santa Sede ratifique canónicamente el patronazgo de la Santísima Virgen de la Soledad sobre el pueblo de Cantillana.