miércoles, 18 de abril de 2018

Crónica del Viernes de Dolores como Festividad local.

La designación como Fiesta Local de la Patrona, del Viernes de Dolores, y la recuperación de la Función Principal matutina, engrandecieron esta histórica jornada en honor de la Santísima Virgen de la Soledad, que se remonta a más de tres siglos.

Como culmen del Solemne Septenario en honor de la Patrona de Cantillana, la Hermandad y cofradía del Santo Entierro, celebró el pasado Viernes de Dolores su Fiesta Principal, revistiendo en esta ocasión una mayor solemnidad y relevancia debido, especialmente, a la declaración de este día como fiesta local por el Excmo. Ayuntamiento, que propició recuperar la celebración de la Función Principal por la mañana como fue habitual hasta la década de mil novecientos setenta.


Con motivo de la declaración de este día como Fiesta de la Patrona, el Arzobispado ha autorizado expresamente la celebración de la Misa y liturgia de la Bienaventurada Virgen María al pie de la Cruz, propia de la Orden Servita, y que desde tiempo inmemorial se venía celebrando en la hermandad en este día. Así mismo la ha elevado al rango de Solemnidad y por lo tanto precepto para toda la Villa de Cantillana. El mismo Arzobispo de la sede hispalense, ratificó con su presencia esta concesión, presidiendo ese día la Solemne Eucaristía de Pontifical ante las plantas de nuestra Patrona.

La celebración de la Función de los Dolores en Cantillana y en la Cofradía de la Soledad se remonta al siglo XVII. El dato más antiguo que tenemos en el archivo de la Hermandad es de 1703 cuando su celebración ya era habitual. De forma ininterrumpida se ha venido celebrando esta función y sermón en honor de los Dolores de la Santísima Virgen, en este día, en que la antigua liturgia de la Iglesia los recordaba especialmente. Desde aquellas lejanas fechas ha tenido siempre el carácter de fiesta principal de la Cofradía y una jornada muy señalada del calendario festivo cantillanero. En el siglo XVIII, en el Viernes de Dolores, aparte de la función con su sermón predicado por un ilustre orador, también se celebraba en la Ermita un jubileo con exposición del Santísimo, con el que se ganaba indulgencias, lo que nos da muestra de la importancia de esta fecha en nuestro pueblo, que siempre eligió este viernes, a una semana exacta del Viernes Santo de la Pasión y Muerte del Señor, para festejar a la Excelsa Patrona de la Villa.

Este carácter especial quedó remarcado con la asistencia, como decimos, del Excmo. Y Rvdmo. Sr. D. Juan José Asenjo Pelegrina, Arzobispo de Sevilla que presidió la Función, que con gran solemnidad dio comienzo a las doce de la mañana. Semanas antes, la Hermandad editó un cartel anunciando el Día de la Patrona, con una bellísima fotografía de la Virgen en el pasado besamanos de octubre, del fotógrafo Ángel Espinosa.

La mañana de este Viernes de Dolores festivo amaneció con el cielo nublado, aunque la lluvia anunciada no hizo acto de presencia hasta la tarde, con lo cual no deslució una mañana que se esperaba esplendorosa. Los vecinos de la Avenida de la Soledad, la popular “calzá” engalanaron los balcones, como es habitual en los días grandes, y multitud de fieles llenaban el templo de la Patrona desde momentos antes de la llegada del Arzobispo. En las puertas de la Ermita esperaba a las autoridades la junta de gobierno con varas y estandarte, allí fueron recibidas la Corporación Municipal, las primeras autoridades y las representaciones de las hermandades de la villa. Todos, esperaron junto al párroco la llegada del Arzobispo al que se le saludó, como es litúrgicamente preceptivo, dándole a besar la cruz del lugar.

A los sones de la marcha Tus Dolores son mis penas de Antonio Pantión, interpretada por el organista, hizo su entrada en el Templo la comitiva formada por la Junta de Gobierno, los Sacerdotes, el Sr. Arzobispo, las autoridades y las representaciones de hermandades. El Sr. Arzobispo llegó a los pies del Altar y se postró ante el Santísimo Sacramento y la Virgen de la Soledad, que aparecía radiante en su camarín exornado especialmente para sus cultos, con la candelería totalmente encendida y acompañada de las recién restauradas imágenes de San Juan y Santa María Magdalena, destacando el espectacular dosel-pabellón de plata repujada sobre terciopelo granate, con el primer versículo del Stábat Mater, que remata el arco del camarín y que fue estrenada en el Septenario de 2017.

Minutos más tarde, hacía su entrada hacia el Altar la procesión litúrgica con el Arzobispo, los concelebrantes y acólitos, mientras el coro de la hermandad entonaba la copla Estaba al pie de la cruz de J. Antonio Olivar y J. Madurga. Con gran solemnidad y una cuidada liturgia se desarrolló toda la función que fue concelebrada junto al ordinario por el Rvdo. Cura Párroco de Cantillana y Director Espiritual de la Hermandad, D. Antonio Guerra Milla, y el Sacerdote hijo del pueblo y Párroco en Arahal, Rvdo. Sr. D. Álvaro Román Villalón, hermano de nuestra Hermandad.

El Coro de la Hermandad interpretó una cuidada selección de cantos litúrgicos acompañados por el órgano y de la soprano Lola Rodríguez Castaño; además del ya mencionado canto de entrada, el Señor ten piedad de Fco. Palazón, el Gloria de Tomas Aragües, la secuencia del Stabat Mater gregoriano, el Santo de Palazón, el Cordero de Dios de Mozart y el ¡Oh Divino Corazón! En la comunión. Durante la protestación de fe, se interpretaron los motetes de Vicente Gómez zarzuela Christus factus est, Tuam coronam, y Christi dolorum; también fue destacable el canto de La roca fría del Calvario de J. José Lorente y José Serrano Simeón en el ofertorio y el Ave María de Verdi en la comunión, ambos por la solista Lola Rodríguez Castaño.

En su homilía, Monseñor Asenjo hizo alusión a los dolores que padeció la Santísima Virgen y a la Pasión de Nuestro Señor cuya conmemoración se realizaría en los días próximos, hizo especial hincapié en la unidad de los cristianos, la unión es fundamental en la construcción de la Iglesia, haciendo especial alusión a la unión en las hermandades.

La Función finalizó con el canto del Himno de la Virgen de la Soledad por parte del coro y todos los presentes, tras lo cual, el Sr. Arzobispo acompañado de miembros de la Junta de Gobierno subió hasta el camarín para venerar a la Virgen y firmar en el libro de la Hermandad su dedicatoria. Gratamente sorprendido por la ceremonia, el acogimiento y especialmente por la magnitud del templo de la Patrona de Cantillana, que no conocía, se despidió de todos agradeciendo la invitación y la cuidada liturgia de la celebración.

Los cantillaneros continuaron celebrando este día de fiesta en honor de su Patrona, a pesar de que las condiciones climatológicas no acompañaron. A las cinco de la tarde, antes de que se abrieran de nuevo las puertas de la ermita, ya aguardaban algunos cantillaneros la apertura de la misma para besar la mano de la Santísima Virgen que permaneció durante toda la tarde expuesta a la veneración de los fieles en devoto besamanos, bajada de su camarín y ricamente enjoyada, destacando un antiguo corazón con los siete puñales de plata que lucía en su pecho, regalo del sacerdote cantillanero D. José Antonio Parrilla Sarmiento. Aunque no dejó de llover durante la tarde, fue incesante el ir y venir de cantillaneros hasta el Santuario para venerar a su Patrona.

Pasadas las ocho de la tarde, dio comienzo un concierto a cargo de la Banda de Música de Ntra. Sra. de la Soledad de Cantillana que, ante una ermita abarrotada, interpretó diversas marchas procesionales culminando con la interpretación de la marcha María Soledad de Gabriel Ríos, del Himno de la Virgen de la Soledad y el Himno nacional.

Como culto preparatorio para este gran día, aparte del propio Septenario, el grupo joven de la Hermandad organizó, el último día de éste, una Vigilia Mariana y salutación a la Virgen sobre la medianoche, en la que se convocó a los grupos de jóvenes de las demás hermandades locales y de pueblos vecinos, que además asistieron a la celebración del Septenario, dedicado precisamente ese día a la juventud. Esa víspera, el Septenario se rezó ante la presencia del Santísimo Sacramento, y a las once y media de la noche los jóvenes volvieron al Santuario para comenzar la Vigilia. Tras el rezo de la Corona Dolorosa y el canto de la Salve, los participantes subieron al camarín para saludar a la Virgen y besar su manto.

Así, la Virgen de la Soledad, ha recuperado la importancia de su fiesta, que por diversas causas en las últimas décadas fue relegándose solamente a la función en la tarde noche de este día. No sólo se recupera de esta forma su función principal en la mañana del Viernes de Dolores, como había sido habitual durante siglos, sino que además el día entero alcanza el rango de fiesta y solemnidad litúrgica, gracias al refrendo del Ayuntamiento y del Arzobispado, y como no, a los cantillaneros que ese día, como es debido, honraron a su Patrona.

© Fotos: Estudio Imagen y Ángel Espinosa

Video de la Salutación y Vigilia Mariana de los jovenes

Video de la Solemne Función principal

Video del Concierto de marchas procesionales






























© Fotos: Estudio Imagen y Ángel Espinosa