Cuando se aproxima el final de la Cuaresma, desde tiempo
inmemorial el pueblo de Cantillana tiene una cita ineludible en torno a su
Madre y Patrona, cada noche durante siete días, culminando el Viernes de
Dolores, son muchos los fieles que suben hasta el particular Calvario que
Cantillana tiene en el Santuario de la Soledad, para acompañar a la Virgen en
sus siete dolores un rito que se pierde en la noche de los tiempos. Las
antiguas coplas de los dolores con la magistral melodía de Hilarión Eslava o en
su versión más popular y cantillanera de Manuel Blanco “el ciego” se elevan
cada noche en loor de la Augusta Reina de Cantillana.
Si las dulces palabras
del ángel
Inundaron de gozo tu
alma,
de un profeta la
fúnebre calma
la llenó de amargura y
dolor.
Te predijo que Aquel
que en tus brazos
presentabas al templo
piadosa
en la cima del Gólgota
umbrosa
le verías morir en la
Cruz.
¡Por tus dolores ten compasión!
Pide y alcanza nuestro perdón.
©Fotos de Jesús
Quintana Pablo