miércoles, 4 de noviembre de 2009

Proceso de restauración del Manto de Salida de Ntra. Sra. de la Soledad


Durante el pasado año 2004 se ha llevado a cabo el ambicioso proceso de restauración y pasado del manto procesional de la Patrona de Cantillana. Al tratarse de una obra excepcional y única en el patrimonio de la hermandad y del propio pueblo de Cantillana, la actual Junta de Gobierno no ha escatimado esfuerzos ni medios que garanticen una correcta intervención sobre la obra y evitar así alteraciones en la misma. Para este proyecto fue requerida la valoración científica-artística del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, que se hizo cargo del estudio y propuesta de intervención sobre la pieza.

En primer lugar, se ha realizado una investigación documental e historiográfica, obligatoria en todo proceso de restauración, a la que siguió un estudio de campo sobre la obra, que aportó la suficiente información documental. Como conclusión de este proceso previo, fue redactado el informe diagnóstico del estado de conservación y propuesta de tratamiento, del que presentamos a continuación, un breve extracto Es el manto una pieza realizada en terciopelo negro con decoración bordada en hilo metálico dorado y seda de colores, con unas dimensiones de 400x500 cm., diseño de Juan Manuel Rodríguez Ojeda y realizado en sus talleres entre los años de 1898-1900 (foto n° 1). Haciendo un análisis morfológico-estilístico de la pieza, podemos decir que la composición de la obra es simétrica y bilateral, parte de un eje central a modo de "candilleri" plateresco, que se extiende de forma radial por toda la superficie del manto. La ornamentación se compone de una serie de tallos en forma de roleos de acanto de gran volumen, que se entrelazan con hojas de colores y jarrones de flores y frutos. Así mismo existen una serie de lazos entrecruzados y hojas de hilo de giraspe en colores grises, plata y rojizos o bermellón. Las hojas y los lazos -en su mayoría- están ejecutadas por setillos, ajedrezados, ondas con inserciones de hojillas en sus vértices y hojas con nervios de lentejuelas engarzadas con canutillo trenzado. Existen hojas con técnica de cartulina, bodoques de chapas y lentejuelas en la parte inferior. La obra presentaba una serie de alteraciones derivadas fundamentalmente de la funcionalidad de la pieza en sus salidas procesionales, la manipulación reiterada, el sistema expositivo y el envejecimiento natural de la fibra, Estas causas originaron una serie de patologías como la fragilidad, deformación y roturas localizadas del tejido base; se detectaron también ciertas lagunas en los elementos bordados correspondientes al desgaste del hilo metálico, e hilos y elementos sueltos.

Estas lagunas dejan ver los elementos de relleno de base, y se distribuyen en forma muy generalizadas por la superficie de la obra, concentrándose en aquellos lugares donde la manipulación y, por tanto, el desgaste ha sido mayor. También se ha detectado la presencia de cera en algunas zonas muy localizadas.

Además de estas alteraciones que pudimos llamar naturales, la obra presenta otras derivadas de intervenciones anteriores, como la de 1929, y la última, de los talleres de Guillermo Carrasquilla, en 1975. Estas intervenciones corresponden a la tipología de "pasado" a nuevo soporte, apreciándose cómo modificaron la morfología original de la obra y la composición del diseño. Se produjo una modificación de las dimensiones y un desplazamiento del dibujo que alteró la simetría original del mismo. Además se eliminaron elementos originales y por otro lado se añadieron nuevos elementos bordados que han supuesto otras modificaciones de la composición original. Debido a su valor histórico, artístico, iconográfico y devocional, se hizo recomendable su recuperación original.

El tratamiento de restauración propuesto por el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico para intervenir sobre la obra, atiende a dos alternativas válidas. En primer lugar estaría la propuesta de intervención que se adecúa a la línea conservativa de acuerdo con los criterios y metodología del centro de intervención del IAPH. Este proceso tiene como premisas un respeto absoluto por el original y una intervención mínima que devuelva a la obra su integridad física sin alterarla, es decir, sin falsear, rehacer ni reponer piezas. No obstante, teniendo en cuenta el carácter procesional y funcional de esta obra, se ha propuesto otra vía de intervención exclusivamente para este tipo de obras, que consiste en un tratamiento de "pasado" a nuevo soporte.

En el caso de esta pieza la conveniencia de "pasado" se justifica porque así se ha recuperado una gran parte de la composición original del diseño de la obra. Esta recuperación es parcial porque, aunque se eliminen los motivos decorativos añadidos, existen otros que se han perdido en el transcurso de las intervenciones anteriores. La recuperación del diseño original ha sido el principal objetivo de esta intervención, para ello se han eliminado aquellos elementos de la decoración ajenos y añadidos al diseño original y se ha vuelto a la composición primitiva del manto, corrigiéndose en la medida de lo posible las alteraciones de diseño. En aquellos casos donde se desconoce el esquema original del dibujo, se ha optado por mantener lo que queda sin realizar nuevas rectificaciones.

Con este planteamiento, se ha eliminado la guardilla realizada por Carrasquilla en 1975 (foto n° 2) así como los nuevos bordados que se añadieron en la parte delantera de las caídas laterales (foto n° 3). La guardilla se ha sustituido por una fiel reproducción de la primitiva, extraída de una fotografía antigua de la Virgen de Regla (Hermandad de los Panaderos). Basados en esta fotografía también se han corregido v devuelto a su posición original algunas piezas como es el caso de algunos canastos de flores (foto n°4). Con estas actuaciones se han recuperado las dimensiones reales, pero para adecuarlo a su funcionalidad ha sido necesario añadir nuevos bordados situados en la cola del manto. En este caso, se ha seguido un criterio de reconstrucción adecuado y consensuado que se encuentra perfectamente integrado en la obra, pero que se distingue de alguna manera del original para no caer en la falsificación.

Este trabajo de recuperación del diseño original se complementa con una minuciosa limpieza de las piezas, tanto del anverso como del reverso; fijación de hilos y elementos metálicos y una reintegración del bordado con hilo metálico, empleando para ello materiales similares a los originales. Este tratamiento se ha aplicado, exclusivamente, en zonas de especial deterioro, respetando siempre los originales y dejando constancia de lo reconstruido; de este modo no se falsea y se cumple uno de los principios básicos de esta restauración. Uno de los hallazgos mas relevantes en el proceso ha sido la aparición de diversos colores en un gran numero de piezas que habían perdido su pigmentación original y el color sólo permanecía en los "cabos" ocultos de las mismas. Es el caso de los lazos de giraspe grises, cuando originalmente eran de color malva. Se ha recuperado su color original con un teñido del hilo. También se han detectado numerosas hojas en giraspe de seda verdosa que se han recuperado ligeramente con la limpieza. Por último, se ha sustituido la blonda de encaje sintético por una nueva de 11 cms. tejida en oro fino que complementa la obra.

Con todas estas intervenciones, podemos decir que hemos recuperado en lo posible el antiguo esplendor de esta obra que, en su conjunto con el palio, supuso toda una revolución en la estética de la Semana Santa Sevillana de principios del siglo XX.


Extracto del informe-diagnóstico del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico.

Consejería de Cultura. Junta de Andalucía.