Por ello dirigimos nuestras oraciones a nuestra Madre y Patrona, singular oráculo de todo el común de sus cordiales devotos; y pedirle a su Majestad Soberana, interponga su real clemencia con su Santísimo Hijo, el Cristo de la Agonía, a fin de que riegue nuestros campos con el rocío del cielo.
* Para que el Señor, que en tiempo oportuno abre su mano y sacia a todo viviente, nos conceda un tiempo favorable, lluvias bienhechoras y abundantes cosechas. Roguemos al Señor.
* Para que una lluvia abundante riegue nuestros campos, y podamos alegrarnos con los bienes presentes sin descuidar los eternos. Roguemos al Señor.
* Para que Dios nuestro Padre nos conceda una lluvia abundante y la prosperidad de las cosechas nos dé la alegría en el servicio de Dios. Roguemos al Señor.
* Para que Dios se digne conceder a nuestros campos la lluvia necesaria. Roguemos al Señor.
* Para que Dios nuestro Señor nos conceda lluvias abundantes. Roguemos al Señor.
* Para que el Señor nos conceda una lluvia abundante que riegue la faz sedienta de la tierra. Roguemos al Señor.
Oh, Dios,
en quien vivimos, nos movemos y existimos;
concédenos la lluvia oportuna,
para que, ayudados suficientemente con los bienes presentes,
apetezcamos confiadamente los eternos.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Santísimo Cristo de la Agonía, ten piedad de nosotros
María Santísima de la Soledad, rogad por nosotros.