"Fluye sangre de tus sienes
hasta cegarte los ojos.
Cubierto de hilillos rojos
el morado rostro tienes.
Y al contemplar cómo vienes
una mujer se atraviesa,
te enjuga el rostro y te besa.
La llamaban la Verónica.
porque exacta tu faz agónica
en el lienzo queda impresa."
Este es el pasaje cuya obra hoy presento.
Para realizar este paño que procesionará el próximo Viernes Santo, he utilizado un soporte de lino al igual que el Santo Paño de Oviedo, así como la Santa Faz está inspirada en el hombre de la Síndone de Turín. Dos reliquias pertenecientes a la Pasión de Jesús.
Sobre las sienes del Señor reposa una corona de espinas que deja ver la cabeza de una serpiente como el pecado original. Entre la corona de espinas, unos reflejos dorados que nos habla de la realeza y la divinidad de Cristo.
El Santo Rostro de este paño deja caer una lágrima por una de sus mejillas por las ofensas de hoy día. Los recorridos que hace la sangre por su Divino rostro son los mismos que tiene nuestro titular, el Santísimo Cristo Yacente, el Cristo del Sepulcro.
Jesús muere en la cruz por las palabras que salían de su boca, por su predicación, por anunciar el Reino de los Cielos, por llamarse Hijo de Dios y Rey de los Judíos, es por ello que de la boca del Señor salen 7 gotas de sangre como si fuesen las 7 espadas que traspasan el sacratísimo corazón de la Virgen María.
Este rostro está desprovisto de las potencias que lo caracteriza como Hijo de Dios, por este motivo, el hombre de este paño nos contesta como contestó a la pregunta cuando fue cautivo y llevado a juicio: "¿Tú eres el rey de los judíos? - Él respondió - Yo soy (EGO SUM)" y así puede leerse en uno de los regueros de sangre que salen de sus labios revelándonos quién es Él.
Curiosamente, sumando las 7 gotas de sangre de su boca que representan los Dolores de la Virgen María y la sangre del rostro del Señor, hacen un total de 18 gotas de sangre como 18 fueron las personas asistentes al entierro de Cristo.
Por último, analizando las reliquias de la Sábana Santa de Turín y el Santo Paño de Oviedo, encuentran semejanzas en los restos de sangre de ambas piezas. La sangre que contienen pertenece a la misma persona y responde a un grupo sanguíneo AB+, coincidiendo con el mismo grupo sanguíneo que yo mismo tengo. Por este motivo he querido dejar mi huella para siempre en esta obra utilizando mi misma sangre para que sea la que corra por el rostro del Señor del Paño que portará la Santa Mujer Verónica.
Para terminar, quiero agradecer a mi junta de gobierno la confianza depositada en mi para la realización de esta obra que quedará en el patrimonio de la hermandad. Pieza que, sin duda, es la más espiritual de las que he realizado.
hasta cegarte los ojos.
Cubierto de hilillos rojos
el morado rostro tienes.
Y al contemplar cómo vienes
una mujer se atraviesa,
te enjuga el rostro y te besa.
La llamaban la Verónica.
porque exacta tu faz agónica
en el lienzo queda impresa."
Este es el pasaje cuya obra hoy presento.
Para realizar este paño que procesionará el próximo Viernes Santo, he utilizado un soporte de lino al igual que el Santo Paño de Oviedo, así como la Santa Faz está inspirada en el hombre de la Síndone de Turín. Dos reliquias pertenecientes a la Pasión de Jesús.
Sobre las sienes del Señor reposa una corona de espinas que deja ver la cabeza de una serpiente como el pecado original. Entre la corona de espinas, unos reflejos dorados que nos habla de la realeza y la divinidad de Cristo.
El Santo Rostro de este paño deja caer una lágrima por una de sus mejillas por las ofensas de hoy día. Los recorridos que hace la sangre por su Divino rostro son los mismos que tiene nuestro titular, el Santísimo Cristo Yacente, el Cristo del Sepulcro.
Jesús muere en la cruz por las palabras que salían de su boca, por su predicación, por anunciar el Reino de los Cielos, por llamarse Hijo de Dios y Rey de los Judíos, es por ello que de la boca del Señor salen 7 gotas de sangre como si fuesen las 7 espadas que traspasan el sacratísimo corazón de la Virgen María.
Este rostro está desprovisto de las potencias que lo caracteriza como Hijo de Dios, por este motivo, el hombre de este paño nos contesta como contestó a la pregunta cuando fue cautivo y llevado a juicio: "¿Tú eres el rey de los judíos? - Él respondió - Yo soy (EGO SUM)" y así puede leerse en uno de los regueros de sangre que salen de sus labios revelándonos quién es Él.
Curiosamente, sumando las 7 gotas de sangre de su boca que representan los Dolores de la Virgen María y la sangre del rostro del Señor, hacen un total de 18 gotas de sangre como 18 fueron las personas asistentes al entierro de Cristo.
Por último, analizando las reliquias de la Sábana Santa de Turín y el Santo Paño de Oviedo, encuentran semejanzas en los restos de sangre de ambas piezas. La sangre que contienen pertenece a la misma persona y responde a un grupo sanguíneo AB+, coincidiendo con el mismo grupo sanguíneo que yo mismo tengo. Por este motivo he querido dejar mi huella para siempre en esta obra utilizando mi misma sangre para que sea la que corra por el rostro del Señor del Paño que portará la Santa Mujer Verónica.
Para terminar, quiero agradecer a mi junta de gobierno la confianza depositada en mi para la realización de esta obra que quedará en el patrimonio de la hermandad. Pieza que, sin duda, es la más espiritual de las que he realizado.
