DESCRIPCIÓN DE LA OBRA POR RICARDO PUEYO SASTRE
Cuenta la tradición cristiana que durante la Pasión de Jesucristo, en el via-crucis, una mujer se despojó de su velo para enjugar con él la sangre y sudor del rostro de Cristo, quedando milagrosamente impresa la imagen de la santa faz de Jesús el Nazareno en la tela. Con el tiempo esta santa mujer sería llamada la Verónica.
Este paño recrea este episodio, atestiguando que, tras el paso de los siglos la relevancia y repercusión de este hecho sigue siendo un elemento latente y relevante en la sociedad cristiana, en general, y en la Semana Santa, en particular.
La obra, se ha resuelto mediante pintura digital teniendo como soporte un textil de raso, tratado con técnicas pictóricas tradicionales, alternando así tradición y vanguardia, creando un binomio en perfecta sintonía. En el centro del mismo, destaca poderosamente la santa faz de cristo sobre fondo de color rosa, siguiendo una escala superior a la humana como muestra y ejemplo de la divinidad del mismo. Un rostro roto de un dolor que se enfatiza con gran cantidad de magulladuras y regueros de sangre estableciéndose un contrapunto con la dulzura de su mirada cuajada de lágrimas.
Su melena, larga y ondulada, es testimonio y símbolo de fuerza y poder, rompiendo el color de la misma, una corona de espinas dorada, que se convierte en dualidad del dolor y la realeza de Jesucristo.
Con el fin de humanizar y otorgarle al rostro una visión más compasiva, se ha tomado un referente masculino de la realidad , que dota a la representación de un mayor realismo.
Rodeando la efigie, una corona de lirios morados, flor identificativa de la Pasión de Cristo resuelta mediante la técnica del bordado en sedas polícromas, enriquecido con toques de acuarela, inspirado en los reposteros de labor conventual.
Esta corona de flores, se completa con dos golondrinas que portan en su pico espinas de la corona de cristo aludiendo a la leyenda de que fueron ellas las que le quitaron las espinas a Jesús de la frente con el fin de aliviar su martirio y que queda recogido en coplas populares como la que reza y dicta:
“Ya bajan las golondrinas con el vuelo muy sereno, a quitarle las espinas a Jesús de Nazareno”.
Tal es el simbolismo de estas, que la leyenda llega a contar que las golondrinas son de color negro, como en señal de luto por la muerte de Jesús.
El conjunto lo completa el enrejado de seda como guiño a la tradición cantillanera, y la fe del pueblo de Cantillana, que abraza de este modo a cristo, fundiéndose con el mismo en una única realidad.
Aquí mi paño de la Verónica para mi pueblo. Cantillana 7 de abril de 2019, muchas gracias.
Cuenta la tradición cristiana que durante la Pasión de Jesucristo, en el via-crucis, una mujer se despojó de su velo para enjugar con él la sangre y sudor del rostro de Cristo, quedando milagrosamente impresa la imagen de la santa faz de Jesús el Nazareno en la tela. Con el tiempo esta santa mujer sería llamada la Verónica.
Este paño recrea este episodio, atestiguando que, tras el paso de los siglos la relevancia y repercusión de este hecho sigue siendo un elemento latente y relevante en la sociedad cristiana, en general, y en la Semana Santa, en particular.
La obra, se ha resuelto mediante pintura digital teniendo como soporte un textil de raso, tratado con técnicas pictóricas tradicionales, alternando así tradición y vanguardia, creando un binomio en perfecta sintonía. En el centro del mismo, destaca poderosamente la santa faz de cristo sobre fondo de color rosa, siguiendo una escala superior a la humana como muestra y ejemplo de la divinidad del mismo. Un rostro roto de un dolor que se enfatiza con gran cantidad de magulladuras y regueros de sangre estableciéndose un contrapunto con la dulzura de su mirada cuajada de lágrimas.
Su melena, larga y ondulada, es testimonio y símbolo de fuerza y poder, rompiendo el color de la misma, una corona de espinas dorada, que se convierte en dualidad del dolor y la realeza de Jesucristo.
Con el fin de humanizar y otorgarle al rostro una visión más compasiva, se ha tomado un referente masculino de la realidad , que dota a la representación de un mayor realismo.
Rodeando la efigie, una corona de lirios morados, flor identificativa de la Pasión de Cristo resuelta mediante la técnica del bordado en sedas polícromas, enriquecido con toques de acuarela, inspirado en los reposteros de labor conventual.
Esta corona de flores, se completa con dos golondrinas que portan en su pico espinas de la corona de cristo aludiendo a la leyenda de que fueron ellas las que le quitaron las espinas a Jesús de la frente con el fin de aliviar su martirio y que queda recogido en coplas populares como la que reza y dicta:
“Ya bajan las golondrinas con el vuelo muy sereno, a quitarle las espinas a Jesús de Nazareno”.
Tal es el simbolismo de estas, que la leyenda llega a contar que las golondrinas son de color negro, como en señal de luto por la muerte de Jesús.
El conjunto lo completa el enrejado de seda como guiño a la tradición cantillanera, y la fe del pueblo de Cantillana, que abraza de este modo a cristo, fundiéndose con el mismo en una única realidad.
Aquí mi paño de la Verónica para mi pueblo. Cantillana 7 de abril de 2019, muchas gracias.