Hoy, Festividad de San Sebastián, Patrón de Cantillana, ha sido presentado en el santuario de la Virgen de la Soledad el cartel anunciador de la próxima Dedicación del mismo, 225 años después de su solemne bendición. El mismo ha sido realizado por el artista cantillanero David Payán Campos.
El cartel representa con unas pautas clásicas una obra de carácter actual y cartelística. En la parte superior y como protagonista del cartel aparece la Virgen de la Soledad en un plano medio corto que nos hace enfocar la atención en su rostro y en su mirada serena. La imagen se encuentra sobre un fondo rosa, color que va asociado al amor y a la protección.
En la parte media de la obra aparecen elementos paisajísticos ilustrados a través de distintos elementos visuales como son: las formas geométricas, el color, las lineas y los espacios; interpretando así el mecanismo perceptivo del observador del paisaje según la descomposición de los elementos estéticos.
Es en esta parte del cartel donde se sitúan los componentes tipográficos, utilizando un tipo de letra clara y legible para que el mensaje que se quiere transmitir llegue de forma correcta.
En la parte inferior, vemos una visión de la Ermita de Nuestra Señora de la Soledad enmarcada en un entorno natural. La naturaleza, en sus múltiples y variadas formas y representaciones, que aparece con una enorme frecuencia a lo largo de la historia del arte, como el elemento central que llega a ser fundamental para la adecuada interpretación de la obra. Se trata de una interpretación de como se encontraba la Ermita en sus orígenes, lejos del pueblo pero en un diálogo constante con los cantillaneros, por este motivo aparece en tonos dorados, por ser una pieza fundamental para nuestro pueblo.
Este cartel, en definitiva, es una conversación entre el arte sacro y el arte contemporáneo, un binomio entre el arte y la publicidad, que forma una imagen sólida para anunciar el 225 aniversario de la bendición del Templo de Nuestra Señora de la Soledad y la Dedicación del mismo.
Es en esta parte del cartel donde se sitúan los componentes tipográficos, utilizando un tipo de letra clara y legible para que el mensaje que se quiere transmitir llegue de forma correcta.
En la parte inferior, vemos una visión de la Ermita de Nuestra Señora de la Soledad enmarcada en un entorno natural. La naturaleza, en sus múltiples y variadas formas y representaciones, que aparece con una enorme frecuencia a lo largo de la historia del arte, como el elemento central que llega a ser fundamental para la adecuada interpretación de la obra. Se trata de una interpretación de como se encontraba la Ermita en sus orígenes, lejos del pueblo pero en un diálogo constante con los cantillaneros, por este motivo aparece en tonos dorados, por ser una pieza fundamental para nuestro pueblo.
Este cartel, en definitiva, es una conversación entre el arte sacro y el arte contemporáneo, un binomio entre el arte y la publicidad, que forma una imagen sólida para anunciar el 225 aniversario de la bendición del Templo de Nuestra Señora de la Soledad y la Dedicación del mismo.