miércoles, 4 de noviembre de 2009

Coplas de Dolores


Coplas de Dolores para el septenario
(siglo XIX)


(I)
Si las dulces palabras del ángel
inundaron de gozo tu alma,
de un profeta la fúnebre calma
la llenó de amargura y dolor.
Te predijo que Aquel que en tus brazos
presentabas al templo piadosa
en la cima del Gólgota umbrosa
le verías morir en la Cruz.
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Estribillo:
¡Por tus dolores ten compasión!
Pide y alcanza nuestro perdón
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(II)
Si los Reyes de Oriente adoraron
al Infante, Dios Hombre en pobreza,
un tirano con odio y fiereza
degollar los infantes mandó.
Y del fiel corazón traspasado,
las maternas delicias ostentas
y al Egipto, Señora, te ausentas
con el Hijo que al mundo salvó.
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(III)
¿Quién es esa Mujer que angustiada,
vacilante y llorosa camina?
¿quién es esa Mujer tan divina?
¿quién es esa Mujer celestial?:
esa triste Mujer es María
que en el templo perdió a su Hijo amado
y en su rostro divino ha grabado
la congoja su huella fatal.
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(IV)
Si en el Santo Lugar le perdiste
a tu amado Jesús, hallas luego
y conoces la voz que con fuego
entre doctos, sapiente arguyó.
En la calle Amargura, María,
ya lo encuentras sangriento, agotado,
con el peso del leño cargado
de ese leño mortal do expiró.
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(V)
Del discípulo amado en compaña
abatida a tu Hijo seguiste
y de agudo dolor presa fuiste
cuando al Monte Calvario llegó.
Allí el eco repite el sonido
de martillos, clarines y voces,
lo suspenden, oh Madre, y entonces
al Dios justo clavado se vio.
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(VI)
Oscurécese el sol de repente,
se cumplió la fatal profecía.
Mira, mira a tu Hijo, María,
mira, mira, cadáver está.
Ya desciende del árbol sagrado
y en tus brazos lo ponen. Señora..
Tu pecho que amante le adora
el puñal de dolor hiere ya.
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(VII)
Hijo mío, exclamaba, quién puede
comparar tan terrible martirio.
Quién al ver de tu Madre el delirio
dura muerte intentara, traidor.
Del sepulcro la losa te oculta
a esos hijos que les riega el llanto.
Sola quedo. Hijo mío, y por tanto
sólo espero morir de dolor.
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Hilarión Eslava .