lunes, 11 de marzo de 2024

Magna procesión del Santo Entierro en el Año de la Coronación


El próximo Viernes Santo será un día histórico con la recuperación de elementos y figuras alegóricas que formaban parte del cortejo de la cofradía, en lo que será la magna Procesión General del Santo Entierro del año de la Coronación de nuestra Patrona. Además de los tradicionales judíos que no salían desde 1989, el Santo Entierro de este año incorpora las siguientes figuras alegóricas y elementos:
𝐂𝐨𝐦𝐩𝐚ñí𝐚 𝐝𝐞 𝐚𝐫𝐦𝐚𝐨𝐬
Entre las recuperaciones históricas que veremos, volverá a salir un escuadrón de armaos romanos como consta documentalmente que salía en el siglo XVIII.
Varios cantillaneros encarnaran a los romanos cuya indumentaria se inspira en la de los modelos de armaos anacrónicos de los desfiles cofradieros de los siglos XVIII y XIX. Se compone de túnica corta granate guarnecida, cíngulo y mantolín de terciopelo negro también guarnecido terciado al hombro, llevan cascos con plumas y sandalias de cuero; portaran el Senatus, lanzas y escudos. Desde hace unas semanas, los armaos están ensayando de cara a su participación en el Santo Entierro.
𝐋𝐨𝐬 𝐧𝐮𝐞𝐯𝐞 𝐜𝐨𝐫𝐨𝐬 𝐝𝐞 á𝐧𝐠𝐞𝐥𝐞𝐬
Otra de las importantes recuperaciones que veremos el próximo Viernes Santo será la del pelotón de honor de los nueve Coros y Jerarquías Angélicas, presidido por San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia Celestial, encarnados por una decena de niños cantillaneros que serán revestidos con vestiduras realizadas para la ocasión. Los atuendos consisten en una túnica alba corta guarnecida y sobre ella un escapulario a modo de dalmática de terciopelo festonado de oro con distintos colores alegóricos, llevan alas y calzan sandalias con medias y la cabeza se adornan con una diadema dorada con un florón de plumas negras.
El niño que representa a San Miguel que encabeza este pelotón angélico portará la bandera de Cristo abatida, realizada en tafetán con una cruz granate, lleva escudo, coraza, banda y manto como capitán de las milicias celestiales. Tras San Miguel desfilan los nueve niños que representan a los nueve príncipes de los otros tantos coros celestiales divididos en tres grupos de tres, representando las tres jerarquías. La primera de ellas, la más cercana a Dios, es la que forma los serafines, querubines y los tronos, cada uno representado por un color en su dalmática y por un atributo. Los serafines con dalmática roja y portando un cirio, representan el amor divino. Los querubines con dalmática azul, portan las sagradas escrituras y representan la sabiduría divina; los tronos visten de verde, portan una balanza y simbolizan la justicia divina.
La segunda jerarquía está formada por las dominaciones, virtudes y potestades. Las dominaciones visten de oro portan un orbe coronado por la cruz y representan la majestad soberana de Dios. Las virtudes representan la fortaleza divina, visten de morado, portan una corona de laurel y representan la fortaleza divina; y las potestades visten de gris plata, portan una espada y representan la omnipotencia de Dios.
La tercera jerarquía, más cercana a los hombres es la que forma principados, arcángeles y ángeles. Los principados visten de púrpura, portan un centro y representan la belleza divina. Los arcángeles visten de celeste, portan una palma y representan la misericordia de Dios; y los ángeles visten de rosa, portan una rama de olivo y representan la providencia.
La presencia de los ángeles en la procesión está documentada en el siglo XVIII y además del Viernes Santo, formaron parte de la magna procesión de traslación de Nuestra Señora a su Santuario el 23 de febrero de 1794 en cuya crónica dice: “𝘐𝘣𝘢𝘯 𝘥𝘦𝘴𝘱𝘶é𝘴 𝘯𝘶𝘦𝘷𝘦 𝘯𝘪ñ𝘰𝘴 𝘥𝘦 𝘤𝘰𝘳𝘵𝘢 𝘦𝘥𝘢𝘥 𝘷𝘦𝘴𝘵𝘪𝘥𝘰𝘴 𝘥𝘦 á𝘯𝘨𝘦𝘭𝘦𝘴 𝘱𝘳𝘪𝘮𝘰𝘳𝘰𝘴𝘢 𝘺 𝘳𝘪𝘤𝘢𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘲𝘶𝘦 𝘳𝘦𝘱𝘳𝘦𝘴𝘦𝘯𝘵𝘢𝘣𝘢𝘯 𝘢 𝘭𝘰𝘴 𝘯𝘶𝘦𝘷𝘦 𝘱𝘳í𝘯𝘤𝘪𝘱𝘦𝘴 𝘥𝘦 𝘭𝘰𝘴 𝘤𝘰𝘳𝘰𝘴 𝘢𝘯𝘨é𝘭𝘪𝘤𝘰𝘴 𝘢𝘭 𝘲𝘶𝘦 𝘱𝘳𝘦𝘤𝘦𝘥í𝘢 𝘰𝘵𝘳𝘰 𝘯𝘪ñ𝘰 𝘳𝘦𝘱𝘳𝘦𝘴𝘦𝘯𝘵𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘢𝘭 𝘚𝘦ñ𝘰𝘳 𝘚𝘢𝘯 𝘔𝘪𝘨𝘶𝘦𝘭 𝘤𝘰𝘯 𝘶𝘯𝘢 𝘦𝘹𝘲𝘶𝘪𝘴𝘪𝘵𝘢 𝘣𝘢𝘯𝘥𝘦𝘳𝘢 𝘦𝘯 𝘭𝘢 𝘮𝘢𝘯𝘰”.
𝐋𝐚𝐬 𝐩𝐥𝐚ñ𝐢𝐝𝐞𝐫𝐚𝐬
Las Plañideras Hijas de Jerusalén, son un trasunto de las Doce Tribus del Pueblo de Israel, que serán doce niñas vestidas a la usanza hebrea que portarán atributos de la Pasión. Visten túnicas o ropones negros y sobre ellos una sobretunica blanca de lino guarnecidas de granate y llevan sobre la cabeza un manto de gasa negra.
En sus manos portaran varios de los atributos de la pasión ya que otros como la corona de espinas y los clavos los lleva la Virgen en sus manos, la cruz, escaleras y sudarios van en el paso del Calvario. Los atributos que portaran sobre cojines serán la bolsa con las treinta monedas de la traición de Judas, la soga del prendimiento alegórica a la profecía de Isaías: "Como cordero que llevan al matadero", la espada y la oreja que San Pedro le cortó al judío Malco, el guante de la bofetada en la casa de Anás, el gallo de las negaciones de San Pedro, la columna y los flagelos de los azotes, la caña con la que, como cetro, se burlaron de la majestad de nuestro Señor, la injusta sentencia de Pilatos, la palangana y la jofaina con la que se lavó las manos, los dados con los que se sortearon la túnica inconsútil, el martillo y las tenazas de la crucifixión, el letrero del INRI y el cáliz símbolo de la Pasión del Señor y de su sangre derramada por nosotros. El tramo de las plañideras lo cierra la Santa Mujer Verónica portando el paño con la Santa Faz del Señor.
𝐁𝐚𝐧𝐝𝐞𝐫𝐚𝐬 𝐚𝐫𝐫𝐚𝐬𝐭𝐫𝐚𝐝𝐚𝐬
Otras de las recuperaciones es la de las banderas arrastradas en señal de duelo, que también se sabe que a lo largo del siglo XVIII formaba parte de la cofradía. En las honras fúnebres de Reyes y héroes militares en la antigüedad existía la costumbre de llevar arrastrando en señal de duelo las banderas del difunto, también en los desfiles triunfales de las victorias militares se hacían arrastrar las banderas de los vencidos. Estás costumbres se incorporaron a los ceremoniales y ritos del Santo Entierro de nuestro Señor en siglos pasados.
𝐋𝐨𝐬 “𝐩𝐞𝐝𝐢𝐨𝐫𝐞𝐬”
Completando las figuras alegóricas y recuperaciones históricas que veremos en el magno Santo Entierro del próximo Viernes Santo, saldrán de nuevo los “pediores” o demandantes que eran hermanos que con tazas de plata en las manos iban delante de la cofradía pidiendo limosnas para el sustento de la corporación, a los que se hace referencia a lo largo del siglo XVIII en numerosas ocasiones en documentos del archivo de la Hermandad. En este caso volverán a salir, aunque de forma simbólica, separando los primeros tramos del cortejo y portando antiguas bandejas de plata.
Los ropajes de las figuras alegóricas han sido confeccionados desinteresadamente por un numeroso grupo de modistas cantillaneras, a las que reiteramos nuestro más profundo agradecimiento. Finalmente, como ya vienen formando parte del cortejo desde 2016, saldrá también abriendo la cofradía el muñidor con atuendo de luto, portando la esquila de plata de 1696, así como las representaciones de la Santa Mujer Verónica y de las Virtudes Teologales: La Fe, la Esperanza y la Caridad, que vendrán a completar esta serie de alegorías tan propias del barroco.
• 𝐒𝐎𝐋𝐄𝐃𝐀𝐃 𝐌𝐌𝐗𝐗𝐈𝐕 • 𝑪𝒐𝒓𝒐𝒏𝒂𝒅𝒂 𝒑𝒐𝒓 𝑫𝒊𝒐𝒔 𝑷𝒂𝒅𝒓𝒆, 𝑯𝒊𝒋𝒐 𝒚 𝑬𝒔𝒑í𝒓𝒊𝒕𝒖 𝑺𝒂𝒏𝒕𝒐.