miércoles, 26 de mayo de 2021

La Ermita de la Soledad: exvoto del pueblo de Cantillana a su Patrona

El Ateneo de Cantillana cantillanera ha iniciado el Ciclo “Historia, Cultura y Patrimonio” con la conferencia, el pasado viernes 21 de mayo, sobre la historia de la Ermita de la Soledad, Patrona de la localidad.


Tras el inicio de su andadura en octubre del pasado año, el Ateneo de Cantillana ya tenía ganas de comenzar su actividad difusora sobre el patrimonio cultural de la localidad tras la mejora de la situación pandémica provocada por la covid-19. Por ello, no había mejor oportunidad que hacerlo en la Ermita de la Soledad, un templo dedicado a la Patrona de Cantillana y estrechamente ligado a las distintas epidemias que han asolado la sociedad en el paso de los siglos.De este modo, la conferencia “La Ermita de la Soledad: orígenes y devenir histórico”, enmarcada dentro del Ciclo “Historia, Cultura, y Patrimonio” puesto en marcha por el Ateneo de Cantillana, remarcó la importancia de la hermandad y su templo a lo largo de los siglos, así como el importante patrimonio de la que es poseedora. La actividad, organizada por la docta casa cantillanera en colaboración con la propia Hermandad de la Soledad, tuvo lugar el pasado viernes 21 de mayo en el mismo templo que acoge a la Patrona de Cantillana.

El acto, a cargo de los ateneístas Antonio López y José Naranjo Ferri, tenía por objetivo “poner en valor y propiciar el conocimiento de los principales elementos culturales, históricos y patrimoniales existente en nuestro pueblo, cuya riqueza y valor monumental son esenciales para conocer nuestras raíces”, según apuntaba Rosario Heredia, presidenta del Ateneo de Cantillana y presentadora del acto, quién se mostraba contenta por poder retomar y aumentar la actividad de la entidad tras la mejora de la situación provocada por la pandemia de coronavirus. En este sentido, con el presente ciclo de conferencias, que abordará otros importantes monumentos de la localidad, se pretende “difundir la importancia de la historia, cultura, y el patrimonio en el desarrollo de los pueblos”, ya que como subrayaba Rosario Heredia, “lo que no se conoce, no se puede valorar en su dimensión exacta”.


Un templo repleto de historia

La evolución del templo de la Ermita de la Soledad ha estado estrechamente ligado al devenir histórico y social desde su construcción. El profesor y ateneísta Antonio López, fue el encargado de relatar la historia y los diversos cambios que ha sufrido el templo desde el edificio primitivo. Su emplazamiento ya contaba «con un uso continuado del lugar al menos desde la época romana», no siendo hasta la Edad Media, con la conquista de estas tierras por los cristianos de Castilla y León, cuando se tendrían las primeras noticias de la primigenia Ermita de San Sebastián, patrón de la localidad. No sería hasta la segunda mitad del siglo XVI, en plena época dorada de España como potencia mundial, según señalaba Antonio López, cuando surgiría la devoción y Hermandad tra. Sra. de la Soledad. Erradicada en esta ermita -la Veracruz se encontraba en en tempo de San Bartolomé- la hermandad -que seguía la senda de la Soledad de Sevilla- alcanzaría una gran relevancia, siendo habitual las donaciones de devotos, como las de Conde de Cantillana, los Vicentelo de Leca, que tras su muerte dejan un dotación a perpetuidad en favor de la cofradía.

Sin embargo, la gran transformación de la Ermita de la Soledad no sería hasta la segunda mitad del siglo XVIII, cuando se lleva a cabo incluso la demolición de una parte del templo, coincidiendo con una etapa de esplendor en Cantillana. El resultado de aquellas obras fue el edificio actual, más grande que el anterior, con lo que se atendía a la explosión demográfica de la localidad en aquel tiempo, con planta de cruz latina, de una sola nave central y 4 dependencias adjuntas situadas en los laterales. Desde entonces, y aunque se han acometido diversas intervenciones, no se han producido grandes cambios en la fisonomía de la Ermita de la Soledad, un edificio con un «valor de conjunto innegable, máxime cuando en un episodio heroico, los propios vecinos de Cantillana defendieron el templo de su desaparición en 1936» apostados incluso junto a los cazadores del pueblo para salvarlo.


Tesoro de gran valor patrimonial


Si la propia Ermita de la Soledad es ya de por sí una autentica joya devocional y arquitectónica -acoge el que se dice que es el último camarín barroco de Andalucía- la hermandad también atesora un importante y rico patrimonio. Así lo exponía durante en la segunda parte de la conferencia y posterior visita a las salas que acogen el tesoro de la cofradía el pintor cantillanero y ateneísta José Naranjo Ferri. Joyas como la cruz de guía del siglo XVIII de rocalla, la urna del paso procesional que acoge al Stmo. Cristo Yacente es su Estación de Penitencia, también del mismo estilo, las potencias del cristo del s. XVIII o la corona de salida de la Virgen de la Soledad de finales del S. XIX. El conjunto del paso de palio y manto procesional realizado por Juan Manuel Rodríguez Ojeda, un antiguo sagrario también de rocalla o la conservación de numerosos documentos y un archivo de gran valor e imprescindibles para comprender la evolución de la cofradía a lo largo de los siglos son parte también del gran patrimonio del que dispone la Hermandad de la Soledad de Cantillana.

Fran Hidalgo.
Publicado en quivirinformacion.es