Con la llegada del Adviento, la venera imagen de nuestra Madre y Patrona ha sido cambiada de atuendo, en esta ocasión viste el manto bordado en oro por José González Villarreal y Dolores Gata Baños sobre 1970; y la corona que le regalaron Felipe de Espronceda y su mujer Amparo Aparcero en 1922, con ráfaga del siglo XVIII y canasto de principios del XX. En la cintura el fajín de hebrea y de sus manos pende un antiguo rosario y la corona dolorosa.
¡Ave Maria Purissima, sine labe Concepta!