La celebración de la festividad de los Dolores de la Virgen se originó en torno al movimiento seglar de la Orden Servita, pues desde el siglo XVI en las iglesias de los Siervos de María se celebraba una reunión de los inscritos a la Compañía del hábito de los siete dolores el tercer domingo de cada mes. Un siglo después se iniciaría la costumbre de solemnizar una de estas reuniones con procesión, eligiendo el tercer domingo de septiembre como la principal. La participación de los seglares y de los fieles en esta celebración llevará a la Orden Servita a solicitar a la Santa Sede la conmemoración solemne de la contemplación de los Siete Dolores de Nuestra Señora.
El 9 de junio de 1668 el Papa Clemente IX aprobó la Misa Votiva y Oficio de los Dolores de la Bienaventurada Virgen María y autorizó a la Orden Servita celebrar solemnemente esta Fiesta de los Dolores el tercer domingo de septiembre con rito doble de fiesta principal, acontecimiento que marcará para siempre la espiritualidad y el carisma servita y del que ahora se cumplen 350 años.
Con la publicación en 1911 de la Constitución Apostólica Divino afflatu por el papa Pío X, se despejan todos los domingos del año litúrgico de fiestas de santos, lo que hizo fijar en 1914 la fiesta de los Dolores el día 15 de septiembre, haciendo pareja con la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz que se celebra el día anterior.
En nuestro pueblo la fiesta de los Dolores Gloriosos siguió celebrándose el tercer domingo de septiembre por una concesión especial del Papa Benedicto XV a la Hermandad de la Soledad, según consta en un documento de la Sagrada Congregación de Ritos de fecha 29 de octubre de 1919, y fue en la década de 1940 cuando dicha festividad es trasladada al mes de octubre.
Desde la aprobación de las reglas de 1990 esta celebración se ha venido celebrando el segundo domingo de octubre en lugar del tercero. Se da la circunstancia que a partir de este año y coincidiendo con el CCCL aniversario de la aprobación de la fiesta, los Dolores Gloriosos volverán a celebrarse el tercer domingo de octubre como tradicionalmente había venido sucediendo y así ha quedado recogido en la nueva regla de la Hermandad que ha sido aprobada por la Delegación de Asuntos Jurídicos del Arzobispado de Sevilla.
