La tradición cuenta que la Verónica, fue la mujer que en la calle de la Amargura, tendió a Cristo un velo, lienzo o paño para que enjuagara el sudor y la sangre. En la tela quedaron milagrosamente impresas las facciones del Redentor (el Santo Rostro). Esta escena no se encuentra en la Biblia. Se le suele rendir culto por su vinculación con la figura de Cristo, y es muy común su representación pictórica o escultórica portando el paño. La etimología del nombre Verónica ha sido interpretada popularmente como proveniente del latín vera icon, 'imagen verdadera', aunque en realidad procede del griego Βερενίκη (Berenice), forma dialectal macedonia de Φερενίκη (Ferenice), "portadora de la victoria".
El pintor Luis Orquin Domínguez, es el autor del paño, en el que ha querido representar el rostro del crucificado de la Agonía, imagen del siglo XVI que procedente del extinto Convento de San Francisco, se venera en el Santuario de la Soledad, siendo objeto de una gran devoción entre los cantillaneros. Por lo que de esta forma, la imagen que habitualmente no recibe ningún culto público, formará parte de la Estación de Penitencia de la Cofradía.